Otro milagro de las batas blancas

El 8 de diciembre de 2017 despertaba la sala de nefrología del Hospital Universitario Manuel Ascunce Domenech de nuestra hermosa ciudad de Camagüey vestida de nervios, emociones encontradas y el miedo que causa lo nuevo y lo desconocido. Francisco Javier Peón un joven emprendedor, estudiante universitario, ya a punto de graduarse, de tan solo 23 años, hacía cumplir la difícil decisión de donar un destello de vida a su padre Carlos Peón Casas de 51 años quien se veía caer víctima de Insuficiencia Renal, enfermedad que afecta tristemente a muchísimos camagüeyanos. Este suceso significaba el primer trasplante renal con donante vivo realizado en nuestra provincia, que es una de las pioneras junto a La Habana y a Holguín en trasplantes renales, superando desde hace algunos años la cifra de 500 trasplantes. El Hospital Provincial cuenta con un equipo de trasplante que se supera día a día y que no dudó en afrontar este reto junto a colaboradores de la provincia de Holguín, con la firme esperanza de ver salir a Francisco Javier y a su papá llenos de vida y de sueños del salón de operaciones. La intervención médica fue larga, y la familia esperaba, aunque muy asustada, confiada en la calidad de nuestros médicos que desde los inicios de la enfermedad de Carlos dieron muestras de su calidad. La operación fue un éxito, Francisco Javier, devolvía, según sus propias palabras, a su padre, la vida que este le dio. Este suceso es evidencia del amor de este hijo por su progenitor y el gran desarrollo que ha alcanzado nuestro país en materia de ciencia logrando resultados al nivel de países primermundistas. Hoy más de un mes después de este suceso, en conmemoración del día de la ciencia, y como parte de mis prácticas estudiantiles en la institución Radio Cadena Agramonte visité junto al reportero Alex López Almaguer el hogar de esta familia que hoy mira con mas optimismo la vida. Durante nuestra visita Carlos nos manifestó su agradecimeinto a la salud pública cubana y exhortó a los familiares de los pacientes de nefrología a compartir un trocito de su vida con sus seres queridos que se ven desvanecer en las salas de Hemodiálisis, compartió además con nosotros junto a una taza de café todo el proceso de recuperación que por suerte ha sido muy satisfactorio y rápido para los dos. Francisco no se encontraba en casa, era día de consulta para él, pero su abuela nos comentó como ya vuelve a estar lleno de energías y deseoso de emprender proyectos y que próximamente regresará a su vida estudiantil que ya se encuentra en su punto culminante: la tesis. Mi jornada terminó con la sensación de haber sido testigo de un acontecimiento importante y con la emoción de ver con mis propios ojos que los milagros existen y que nuestras batas blancas siguen siendo protagonistas en esos milagros, cada día con nuevos retos y llenándonos cada vez más de esperanzas.

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